Mucho se habla de “conexión”.  Es un término que empleamos permanentemente sobre todo después del auge de los medios digitales y el uso masivo de redes sociales.

En el Universo todo está conectado y en constante movimiento, incluso aquello que vemos inmóvil, cada ser y cada cosa, tiene su propia vibración en los átomos que lo constituyen.

Con la Naturaleza las mujeres tenemos una conexión muy especial, ya que poseemos la  oportunidad única de dar vida y además nacemos con el don de la intuición.  A diferencia de los hombres, poseemos ese sexto sentido que nos hace extremadamente perceptivas.

Nos conectamos con nosotras mismas, con nuestra energía femenina, buceamos en nuestro interior buscando sanar heridas y resurgimos como el ave fénix cuando la adversidad parecía habernos vencido.

No hace mucho, las mujeres pudimos ver ante nuestros ojos el enorme poder de conectarnos.  Descubrimos que unidas somos más fuertes. Dejamos de lado la envidia y la competencia para abrirle paso a las redes de apoyo, a las alianzas colaborativas y a emprender juntas multiplicando esfuerzos. Vimos cada vez más cerca la meta y cumplimos esos sueños atesorados que tanto deseábamos alcanzar.

Nos demostramos que podemos ser independientes y exitosas en lo que hagamos, estudiamos, nos especializamos, muchas  siendo madres de hijos pequeños, emprendimos y hasta nos convertimos en empresarias.

Adquirimos más seguridad y confianza, nos reconstruimos, trabajamos en nuestra autoestima, desbloqueamos nuestras creencias limitantes y aprendimos a sentirnos merecedoras de todo lo bueno que llegó y llegará en el camino. Sabemos que no caminamos solas. Y esa conexión nos hace más poderosas.